lunes, 1 de diciembre de 2008

"Desde el jardín": la ataraxia del tarado


La lectura de Desde el jardín (o la contemplación del correspondiente film, Bienvenido Mr. Chance, de cuya fidelidad parece responder la presencia del autor en calidad de guionista) deja un regusto perverso en la lengua. La imagen de un retrasado mental que logra encandilar y seducir a la cúpula político-económica estadounidense, hasta el punto de gozar de un grado de influencia (sobre todo a partir del enigmático cargo que parecen otorgarle al final de la novela...) realmente insultante supone -al margen del también sorprendente magnetismo sexual del protagonista- un buen punto de reflexión en torno a la imagen del éxito y al perfil del triunfador en las llamadas sociedades occidentales. Desde un punto de vista antropológico, los retrasados, locos y alienados han logrado disfrutar de un estatus privilegiado en no pocas culturas, fruto en gran medida de una inefable conexión que el pueblo tiende a percibir entre estos y las fuerzas sobrenaturales. En este sentido, la naturaleza impertérrita de Chance, sumado a sus crípticas alegorías horticultoras, parecen ilustrar con sabia ironía cómo la presencia de disfunciones neurológicas en los principales mandatarios internacionales podría contribuir a entender la situación geopolítica internacional. Al margen de esto, la figura del loco y del retrasado sigue resultando por lo general enigmática y cautivadora, probablemente en gran medida por abrírseles horizontes de percepción que los demás tan solo pueden envidiar (o imitar, a través de la farmacopea). Como conclusión, una sugerencia: indaguen en la vida y obra del dibujante y cantautor Daniel Johnston...

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